La DANA que ha azotado España en los últimos días ha dejado un rastro de devastación a su paso, causando inundaciones y daños materiales en diversas regiones.
Miles de familias se enfrentan a la pérdida de sus hogares y bienes, mientras los servicios de emergencia trabajan sin descanso para atender la situación.
Joel Forster, redactor jefe de Evangelical Focus, describe cómo las inundaciones han impactado a Paiporta, una localidad del sur de la Comunidad Valenciana: “El agua nos ha llegado como el mar”, explicó.
Al menos 140 personas han perdido la vida y decenas están desaparecidas debido a un tiempo que ha afectado diversas localidades, incluyendo Málaga, Cuenca y Albacete, donde se continúa la búsqueda de los vecinos desaparecidos.
El Gobierno ha establecido tres días de luto nacional y ha calificado la zona como “muy afectada” tras un evento significativo. El presidente Pedro Sánchez ha prometido que la prioridad es brindar apoyo a los afectados.
Las inundaciones han causado graves daños a viviendas, vehículos y garajes, dejando a muchos ciudadanos sin acceso a sus pertenencias. La situación se agrava con cortes de electricidad y agua potable que dificultan las actividades básicas. Con niveles de agua que alcanzan hasta un metro, la recuperación será un proceso prolongado.
La alcaldesa de Paiporta, María Isabel Albalat, ha declarado que la localidad se encuentra “aislada” y ha advertido sobre la posibilidad de que haya “decenas de muertos”, añadiendo que hasta ahora se han confirmado 40 fallecimientos en este municipio.
La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) ha manifestado su pesar a través de un comunicado debido a las numerosas pérdidas de vidas humanas.
“Compartimos el dolor de tantas familias que hoy lloran a sus seres queridos, pidiendo a Dios que el consuelo y la paz los alcancen y los abracen en este momento difícil […] Oramos para que, incluso en una situación tan dolorosa como ésta, encontremos motivos de esperanza, en la respuesta solidaria de la sociedad, en cada gesto de humanidad, para que veamos en ello destellos de la presencia de Aquel que nos ama con un amor eterno y que ha prometido estar siempre a nuestro lado”, expresaron.
Forster, desde Paiporta, solicita a la comunidad evangélica española que ore por la recuperación, que se prevé no solo prolongada por días, sino que se extenderá durante semanas.
“El pueblo entero está devastado, pero hay muy buen ambiente entre los vecinos y ayuda mutua. Queremos mostrar la esperanza de Dios, a pesar de sentirnos muy pequeños ante una realidad como esta”, añade.
Las inundaciones han causado no solo daños materiales, sino también pérdidas de vidas, con un aumento esperado en el número de desaparecidos. Testigos han reportado escenas impactantes, como gritos en la oscuridad y rescates de personas atrapadas, algunas en grúas de construcción o sobre coches.
La comunidad evangélica local ha sufrido gravemente las consecuencias de la tormenta, con miembros desaparecidos y otros que han perdido vehículos o bienes. Además, existe incertidumbre sobre el estado de su iglesia en Utiel, lo que agrava la situación para los afectados.
A pesar de los daños, la comunidad se está organizando para brindar apoyo. Ferede ha comunicado que las iglesias y consejos evangélicos de las regiones cercanas están recaudando fondos y ofreciendo sus instalaciones para ayudar a las personas y familias en necesidad.
“Animamos a toda la comunidad evangélica en España, y en particular a nuestras iglesias y entidades miembros, a orar por la situación, especialmente por los familiares de los fallecidos, y también a apoyar con sus recursos y ayuda, con el fin de llevar algo de alivio y consuelo a nuestros conciudadanos en este difícil momento”, finalizó Ferede.
Entidades evangélicas de acción social, como la organización Decisión, están movilizando un equipo de voluntarios que se dirigirá a la zona afectada de Valencia del 31 de octubre al 3 de noviembre.