El cambio climático está ejerciendo efectos adversos en la salud humana, con implicaciones
serias que abarcan desde problemas respiratorios hasta el aumento de enfermedades
infecciosas. Entre los riesgos más críticos está el impacto de las olas de calor, que ya son
responsables de miles de muertes anuales, especialmente entre poblaciones vulnerables como
adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Las olas de calor extremas, cada vez
más frecuentes, provocan un aumento de las hospitalizaciones y muertes por afecciones
cardiovasculares y renales, y en muchos casos, también agravan problemas de salud mental
y enfermedades respiratorias preexistentes.
Las últimas investigaciones y reportes de entidades como la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y el Foro Económico Mundial destacan los impactos cada vez más graves del
cambio climático sobre la salud global. Durante la COP28, se firmó una Declaración de
Clima y Salud respaldada por más de 120 países, resaltando cómo el aumento de
temperaturas, desastres naturales y contaminación afectan la salud física y mental. Se estima
que el cambio climático ya contribuye a enfermedades respiratorias, golpes de calor y
problemas de salud mental, especialmente en comunidades vulnerables que experimentan
fenómenos extremos como incendios forestales e inundaciones.
La OMS advierte que, sin una reducción significativa de las emisiones, el mundo podría
enfrentar un aumento de temperaturas de entre 2.5°C y 2.9°C para fines del siglo. Estos
niveles, aunque en el rango medio de las proyecciones, aún representan riesgos para la salud
debido a la intensificación de fenómenos como olas de calor prolongadas y la mayor
proliferación de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y la malaria, que
se expanden a regiones anteriormente libres de estas infecciones.
